Discord: ideallism

Oh, coming because i'm an old user? my my, how disrecpetful of me, welcome to my dusty profile, where you will see me from time to time. Why don't ya' take a sit and relax, traveler?

cya there

❥ Tú eres una de las cosas más importantes que sé que aunque no quiera, perderé, y sé que será por mi culpa, de antemano gracias por cruzarte en mi vida, te adoro con todo lo que puedo y suerte en todo. Te mereces lo mejor.  - Flor.~☆♥ PD: I love u so much. 

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- El Diablo de las 10 Manos

Uno de los sueños de ese diablo fue siempre tocar el piano, pues para algo tenia esas 10 manos.
Pocas veces usaba mas de 2 manos para algo que realmente le interesaba, mientras que las otras se encontraban rotas de los desquites que hacia a las paredes.
La ira se apoderaba de ese diablo, cuando veía cosas que intentaba responder y hacer pero nunca lo podría lograr, no importase su talento, y con el paso del tiempo ese sueño se fue muriendo.

Pasaban los años y ese diablo en el infierno se había quedado sin 8 brazos. Solo le quedaban 2 brazos, pues los otros se habrían decaído en la putrefacción.
Ya no tenia sueños ni convicciones, mientras resguardaba todo en su interior, como un volcán apunto de caer en la extinción sin haber logrado siquiera una sola vez erupcionar en mares de lava por tan longeva vida.
Mientras pasaba el demonio de solo 2 brazos y 2 manos, se encaminaba a su trabajo, hasta que se encontró en la casa de un pianista.

Un piano se encontraba frente a el, y todas las memorias reprimidas desde lo mas profundo de su vació e inhospito cascaron empezaron a salir.
Empezando por la primera nota, el demonio se sentía asustado, nunca había logrado tocar o siquiera ver un piano en persona, pero por alguna razón sabia tocarlo.
Pocos fueron los segundos en donde el demonio de 2 brazos tocaba con miedo las teclas a empezar a tocar una melodiosa canción, escuchándose por toda la ciudad como si de viento tranquilo se tratase. El demonio por unos momentos dejo de sentirse como un demonio, sino como aquel diablo de 10 manos.

Su tocar era similar al del diablo de 10 manos, y sonaba como si estuviera tocando con cada uno de ellos mientras entonaba sus emociones que siempre quisieron salir. Alzando los brazos, el diablo apretó con fuerza las teclas del piano para así con furor, morir en la silla del piano, no como un demonio, sino como un humano.