En la penumbra de un corazón desgarrado, donde los suspiros se entrelazan con la bruma, nace un poema trágico, un lamento callado, que se desliza por las grietas de la espuma. Las lágrimas, como perlas negras, caen, cada una llevando consigo un pedazo de alma, y en el eco de la noche, el dolor se despliega, como un cuervo solitario que busca su calma. Las palabras se enredan en hilos de tormento, y los versos se retuercen como hojas secas, mientras el corazón, en su último aliento, se desangra en versos que nadie escucha. La tragedia se teje en cada sílaba rota, como un telar de sombras que se desvanece, y el poema, como un puñal en la garganta, se clava en el silencio, buscando su paz. Así, entre suspiros y lágrimas, se forja, un poema trágico que se alza en la oscuridad, y en su desgarradora belleza, encuentra su voz, mientras el mundo sigue girando, ajeno a su verdad.
Okay.